sábado, 5 de septiembre de 2009


Luna… hermana mía,
sé que comprendes mi soledad…
esa soledad que sin motivo ni razón
vive en ti y en mí
que nos hace compartir este abismo bajo nuestros pies
tan profundo… tan cruel.

Luna… hermana y confesora
de mis perpetuas horas y tenues sombras
en mis pensamientos a solas,
te pido que veles los valles sin río
donde mi alma mora.

No hay comentarios: